Lee- (inserte comentario imbecil aqui)
Hace algunos días me encontraba contemplando recuerdos de mi infancia, específicamente en nivel secundaria, yo solía llevar a clases esos pequeños paquetes de galletas saladas que acompañan a pescados y mariscos en esos caros restaurantes de exóticos platillos, y al ser en ese tiempo mi familia respetada y acomodada, podíamos darnos el lujo de tragar cual enfermos esos deliciosos alimentos.
Bien, regresando al tema, me divertía de lo lindo cuando en horas de clase me tocaba sentarme detrás de los mas infortunados compañeros, ya que tomaba algún paquete de esas galletas y las masticaba intentando no mezclarlas con mi saliva, después silbaba en la nuca de la victima que se sentara en frente de mi y disfrutaba viendo como todas esas migajas se esparcían por su corta cabellera.
Solo por diversión, mi entretenimiento era su sufrimiento, y al ser una persona de una estatura considerable y una fuerza tanto física como mental fuera de su liga, no podían mas que exclamar estupideces que incrementaban significantemente mi deseo de verlos sufrir, alimentando mi ego.
Era bien mamon.
16 comentarios:
Bastante hijo de la gran puta!!1 jajajajajajaja!!!!!
Bueno, ya prescribiò.
Saludos
jajaja
pero era realmente divertido mi estimado Gaucho, un abrazo!
jajajaja....la seleccion natural...espero ande bien en éste mundo de porquería....
la seleccion natural solo deja a los sobrevivientes mas fuertes y mejores.
Este mundo esta podrido, en especial mi pequeño y triste pais, ya nos alcanzo la violencia que imperaba solo en otras regiones
Si, recordar estas cosas, anteriores y posteriores solo son una pequeña salida.
Saludos Geraldine, que todo le sea propicio.
Eras?¿ ja!
Estamos en Frecuencia.
ja ja ja que poca madre ja ja ja
xhaludos!
ajua!
y el ver como intentaban quitarse esas migas, ese instante no tenia precio.
Gracias por sus visitas, saludos!
XD chale, yo en secundaria era lo que se dice un SAYOTE no se me ha quitado, pero aprendes a defenderte XD jajajaja
Saludos!
claro Autor, uno aprendio de todo en esas jaulas de muerte.
gracias por visitar.
Pues estoy de acuerdo con el Gaucho, querido Lee. Pero muy bueno tu post. Sincero, abierto. Me gusta tu sitio. Le va el nombre. Original.
Un saludo cordial,
Andri
Grazie Andri y bienvenida sea a este lugar, la verdad siempre agradesco las visitas y mas aun los comentarios en este mi humilde espacio.
saludos!
wowow se me antojaron unos camarones con esas galletitas jeje, saludos¡¡ acabo d ver q me ha agregado¡¡¡ y aqui ando de metiche
listoooooo queria ser el comment 13 ñaca ñaca jaja
Gracias Srta Maquiavelica, llevo poco visitando su espacio, y sus recomendaciones y criticas de cine se me hacen muy acertadas.
Saludos y gracias por visitar
Ja, ja, ja es bueno tener noticias suyas insigne señor del dolor humano; la verdad pensaba tirarme un choro mareador acerca de la predisposición humana para hacer el mal, pero me hizo recordar que yo era un completo pendejo, apocado y collón, total que todo mundo me chingaba..... bueno eso fue hasta los 12 años cuando iba en sexto de primaria, entonces yo trabajaba como mozo en un establecimiento, un día el encargado me vió llegar puteado con los ojos morados y la nariz rota, se me quedó viendo, me dio una zarandeada, me dijo que no fuera pendejo y me enseñó su máscara; parece de cuento, pero es neta, ese wey era luchador profesional, se codeaba con el rayo de Jalisco el perro aguayo y toda esa bola de cabrones; él me enseñó los movimientos básicos de lucha libre, a usar cuchillos, chacos, arquería y a disparar con rifle;....... después ya nada fue igual.
Antes de salir de sexto año ya me había madreado a medio salón, porque la otra mitad eran niñas, y creo que solo me dieron la boleta para librarse de mí en la escuela.
Cuando te acostumbras a chingar a la raza es dificil cambiar, aunque si lo ves por el lado de la selección natural eso es favorable.
Gracias por ésta entrega que conlleva a la introspección personal del pequeño o gran angel de maldad que todos llevamos dentro.
Au revoir.
Ja, ja, ja, es un verdaero placer tenerlo de regreso y compartir su anecdotario maestro POST MORTEM; pensaba tirar un choro mareador acerca de la predisposición del genero humano a laviolencia, pero su relato me hizo recordar que Yo era un completo pendejo, apocado y collón,..... bueno eso fue hasta los 12 años cuando iba en sexto de primaria, entonces yo trabajaba como mozo en un establecimiento, un día el encargado me vio llegar puteado con los ojos morados y la nariz rota, se me quedó viendo, me dio una zarandeada, me dijo que no fuera pendejo y me enseñó su máscara; parece de cuento, pero mes neta, ese wey era luchador profesional, se codeaba con el rayo de Jalisco el perro aguayo, el matemático y toda esa bola de cabrones; él me enseñó los movimientos básicos de lucha libre, a usar cuchillos, chacos, arquería y a disparar con rifle;....... después ya nada fue igual.
Antes de salir de sexto año ya me había madreado a medio salón, porque la otra mitad eran niñas, y creo que solo me dieron la boleta para librarse de mí en la escuela.
En fin, excelente anecdota que se presta a la introspección del pequeño o gran angel de maldad que todos llevamos dentro.
Au revoir.
Publicar un comentario